El tamaño de la próstata no se relaciona con la gravedad de lo síntomas.
Tanto una próstata pequeña como una grande pueden generar los mismo síntomas y el mismo riesgo de complicaciones.
La hiperplasia benigna de próstata es una patología que aparece a medida que envejecemos, coloquialmente también es llamado agrandamiento de próstata.
La glándula prostática está situada debajo de la vejiga. El conducto que lleva la orina desde la vejiga hacia el exterior del pene se llama uretra. Este conducto pasa por el centro de la próstata. Cuando la próstata se agranda, comienza a bloquear el flujo de orina.
El bloqueo del flujo urinario suele iniciar con síntomas molestos al momento de orinar y sin el manejo adecuado suelen aparecer complicaciones graves.
El agrandamiento prostático no aumenta el riesgo de cancer de próstata, por lo que se considera un patología benigna y tratada a tiempo evita complicaciones.
El tamaño de la próstata no se relaciona con la gravedad de lo síntomas.
Tanto una próstata pequeña como una grande pueden generar los mismo síntomas y el mismo riesgo de complicaciones.
Los factores de riesgo para la hiperplasia benigna de próstata incluyen los siguientes:
La próstata es una glándula que, por lo general, sigue creciendo durante el transcurso de la vida. Por lo que no hay manera de evitarla, pero sí de retrasarlo con un estilo de vida saludable.
En manejo oportuno y brindado por un especialista disminuye el riesgo de complicaciones.
Normalmente el manejo inicial empieza aumentado la actividad física y mejorando hábitos alimenticios para mantener un buen control de peso y de enfermedades crónicas y de acuerdo a síntomas y complicaciones se valora inicio de terapia farmacológica e incluso cirugía.
Esta es la cirugía que se realiza con más frecuencia en todo el mundo para tratar pacientes con un crecimiento prostático benigno.
Esta técnica es la que ha mostrado los mejores resultados a lo largo del tiempo en aquellos pacientes seleccionados.
Cirugía con energía eléctrica o laser (Sin incisiones o cicatrices).
Duración de 60 a 120 minutos.
Sin afección a la función sexual.
Bajo riesgo de sangrado.
Recuperación rápida.
Sin anestesia general.